4.10.20

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Detesto eso que llaman «tener actitud». Porque si la actitud es una disposición del ánimo, «tener actitud» es una predisposición de éste, es decir, implica anticipar cierta actitud, supone un fingimiento. Por eso huyo también de «ser auténtico». Estas expresiones, tan ligadas a «lo real», a «lo verdadero», son justamente lo contrario: espejismos, continuos horizontes que perseguir. Mejor opción me parece «ser honesto». Conlleva decir más la verdad a sí mismo que a los demás. Y nunca es mal plan empezar por uno mismo. Escribe el poeta venezolano Rafael Cadenas: «No quiero estilo, sino honradez». El estilo, la identidad, se van dando por añadidura, como nuestra manera de andar. Sin embargo, no hay mayor afectación que pretendernos nuestra propia «marca personal». Estoy en contra de toda esa «actitud», y esta forma mía de proceder no es «tener actitud» sino simplemente una manera de transitar.